sábado, 23 de febrero de 2013

Chapter 2013. Page 54 of 365.

Se te entrecorta la respiración, y cuando le ves, siempre sale esa sonrisa tonta que con los demás nunca salió. Que cuando escuchas su voz, quitas la música. Que cuando le sientes cerca, empiezas a temblar, aunque se te acelere el corazón y no puedas sentir frío. Que cuando te besa, recuerdas la temperatura corporal de su cuerpo en tu mejilla cada día, y cada noche después de eso. Que cuando te mira, se te nubla la vista y el mundo entero desaparece. Cuando piensas en esa persona, te falta oxigeno en la sangre, te empiezan a temblar las piernas, pero sigues sonriendo. Y que, cuando sientes su aliento cerca, cuando escuchas como arrasa con el aire de tu al rededor, cuando hay un mínimo roce de su cuerpo contra el tuyo, todo cambia. Y es entonces, cuando no dejas de pensar en esa persona, cuando harías lo que fuera por ella, cuando desearías todos los días estar a su lado, es entonces cuando sabes que ya nada volverá a ser como antes. Porque cuando un cuento de hadas empieza, cuando un recuerdo suyo te hace perder la conciencia, es cuando cambias. Es cuando te daría igual que el mundo entero desapareciera. Porque una sonrisa suya, vale más que veinte mil años de vida.

domingo, 17 de febrero de 2013

Chapter 2012. Page 48 of 365.

Y esas ganas de llorar otra vez. ¿Lo oyes? Es la fuerza que sale de mi interior, que se escapa. Es como si fuera a tomarse unas vacaciones de estas relajantes. Siento todos los días, sobre la misma hora de la tarde como se me escapa el mundo, como se ven reflejados en mis ojos las ganas de huir, cómo me empiezan a temblar las piernas, cómo en vez del cielo, me caigo yo. Y siento cómo todas las mañanas, cómo cada vez que me tomo un Cola-Cao caliente se escapa el calor de mi cuerpo, cómo se hunde en tus manos y sale una parte de mi.
Escucho las nubes pasar cada vez que miro por la ventana, y la lluvia caer cada vez que la cierro. Veo tus ojos llorar, y mis manos heladas sufrir por no poder secar tus lágrimas. Y veo detrás de los espejos de cada pared, una historia. Y detrás de cada historia, un millón de personas. Y oigo cómo el granizo choca contra mi cuerpo, y cómo la luz de cada espejismo se posa sobre mi. Porque a veces es lo que eres, un espejismo. Y no, no puedo tocarte, no puedo sentirte, pero ver cómo te desvaneces es lo que más me duele. Ver cómo te vas poco a poco, y cómo sin pedirte perdón, me escondo bajo las piedras.
Soy cobarde cada vez que te veo, soy cobarde cada vez que toco las estrellas acordándome de ti, pero dejo de serlo cada vez que me tocas, cada vez que el calor de tus  manos deja que el mío vuelva. Ahí me siento protegida.
Y veo las estrellas caer desde mi cuarto, y veo los meteoritos gritar. Y veo como te alejas, querido espejismo, cuando más me haces falta.

miércoles, 13 de febrero de 2013

.

Preguntas, preguntas y más preguntas. El mundo sólo hace preguntas, da igual sobre qué. Somos una raza demasiado curiosa, experimentamos mucho y así nos va. Queremos saberlo todo, para bien o para mal, y al final la avaricia mata al gato. Buscamos respuestas a todo cuando hay q¡cosas que no las tienen, cuando hay cosas que pasan y ya está. La gente siempre me ha dicho que todo tiene un porqué, pero no es así. aun y todo, nunca entenderé del todo a los humanos. Veo demasiado vicio en cosas que no tienen sentido, demasiado calor en tanto frío.

martes, 12 de febrero de 2013

Chapter 2013. Page 43 of 365.

``El Barco´´
Escuché una vez, a un viejo decir en un bar, que el hombre con el tiempo, se acostumbra a todo. Se acostumbra a vivir en Laponia a menos de 40ºC, o en Barbate a más de 40. Se acostumbra a estar en una silla de ruedas, a perder un brazo, a no tener padre. Incluso a vivir en un puñetero barco en el fin del mundo. Decía ese viejo, que era la estúpida manera de seguir siendo felices. Pero hay cosas, a las que no te acostumbras ni con todo el tiempo del mundo: no te acostumbras al hueco del otro lado de la cama, nunca te  acostumbrarás a no ver su sonrisa, o a dejar de pedir dos copas en un bar, o a comprar dos entradas para un concierto; a no notar su olor, ni sus besos, ni a que se te reviente el alma cada vez que te mires al espejo. Y te das cuenta de que eres el gilipollas más grande del mundo, por haber dejado escapar al amor de tu vida.