martes, 2 de octubre de 2012

Chapter 2012. Page 267 0f 366.

Siento demasiadas cosas; ansia, nervios, tristeza, felicidad... Tengo ganas de que pase el tiempo, pero a la vez de que no pase. No sé lo que quiero, o simplemente, lo que quiero me resulta difícil de alcanzar.Aunque quizá no sea porque no lo sé... Ahora que lo pienso, quizá sea porque lo que quiero me da miedo. Pero tal y como dicen, se trata de mi felicidad... ¿Tengo que echarla a perder por miedo a perder? Entonces sí que estaré perdida, porque no habré tenido oportunidad de ganar siquiera. Y es que lo que me preocupa no es que el sol desaparezca, o que la luna se quede sin luz. Que hoy lo que me inquieta no es que las estrellas dejen de seguirme, o que el mundo entero desaparezca. Hoy, creo que lo que me inquieta no está a mi alcance, está al alcance del tiempo. Eso es lo que más me fastidia: el tiempo. Quién lo inventó creo que no sabía lo que era esperar, lo que era tener que soñar cada día con la misma cosa, tener que aguantar e ir contando los días uno por uno, hasta que solo queden horas. Supongo que me entiendes: todos hemos tenido las ganas locas de que algo llegue alguna vez. Y a causa de eso, los días cada vez se hacen más y más eternos, las horas cada vez más y más pesadas... ¿y los segundos? Cada uno más largo que el anterior. Aun poniéndome la música puedo escuchar el tic-tac del reloj, como si me estuviera taladrando la cabeza.
Sigo pensando que todo llega y que nada cambia,  sigo pensando que los sentimientos se quedan ahí, y que solo cambian de lugar en la memoria... Pero esto creo que intenta superarme. Y es que ya me desespero, y cada vez más. El reloj ha acabado en el río, porque yo no lo quiero. Quiero sentir el aire de la noche de nuevo, quiero sentirme protegida por una vez más, solo una vez más. Vendería mi suerte solo por adelantar un día el tiempo.
Las luces se destruyen, pero la magia sigue en pie. Y hoy, yo también necesito seguir en pie. No por mi; por el tiempo. Porque sin querer he recordado como era el tacto de tu piel, y sin querer, he vuelto a sentirte aquí, a mi lado. El corazón casi se me sale del pecho, y se me han agudizado todos los sentidos. He tenido la sensación de que me abrazabas, y he cerrado los ojos... He sentido ese abrazo tan cerca, que me he tenido que abrazar a mí misma para darme cuenta de que no estabas, de que todo era fruto de mi imaginación. Solo fruto de mi imaginación. Y justo entonces, justo cuando hoy apague las luces a las 00:00, me gustaría recibir alguna señal para saber que aún en el día de mi cumpleaños, lo harás todo igual de especial como hasta ahora.

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