No sé si hoy el viento se ha enfadado conmigo, y le ha mandado al sol que arruine mi día. No sé si hoy, la  esperanza y los recuerdos han desaparecido desvaneciéndose en el aire. No sé si hoy los años se me han echado encima, porque ya no te tengo, porque te echo de menos. Es difícil, aunque dicen que en verano y primavera es más fácil olvidar. Quiero que un día de estos, empieces a  echar de menos chatear conmigo, que un día de estos en los que te ha salido mal todo, busques lo que te diría yo en esos momentos en ttú cabeza, que busques mis  palabras bajo las sábanas. Que busques los recuerdos que escondes en el sofá de tú casa, entre las cuatro paredes del salón. Quiero que busques en tú cabeza las pequeñas frases qeu me dijiste; al igual que hago yo, quiero que busques mis besos en tus labios, y que al ver que no, que no están ahí para acariciarte, quiero que me busques de verdad entre la gente. Desearía todo eso, desearía que buscases mi mirada entre miles de miradas más, que hasta que no me encontrases, no parases de buscar. Pero no loo vas a hacer, está más que claro que aquí la única que lucha por seguir con todo esto soy yo. Ni siquiera una mirada de aprecio, de amistad he recibido de tus ojos. ¿Qué he hecho mal? ¿Qué ha pasado?
Hoy, la tierra se ha comido mis esperanzas de que todo saliera bien. Soy feliz por una parte muy grande, pero a la vez, esa felicidad esta rodeada de un vacío que no creo que nadie más que tú, sea de la manera que sea pueda llenar. No pido cosas imposibles, solo pido que me hables, que me escuches, que todo sea como antes. La amistad no es algo que se pierde, y tú has roto la primera norma de los amigos: no has seguido ahí conmigo.

Te asusta pensar que nunca volverás a verle, que ya no volverá a estar en tu vida. Se va, y ahora no sabes si solo ha sido una pesada etapa más o algo más que eso.``Yo no soy como los demás´´ te dijo.``Todo esto pasará, volverá a ser como antes´´ te prometió. Pero todo era mentira, o al menos esa sensación tienes. Lo ves desde la ventana de tu cuarto... Prometió que las personas eran más que una etapa. Lo prometió. Te llamó ``amor´´, te dijo que te quería ¿me equivoco?  Te prometió la vida eterna, te prometió un amor interminable ¿no es así? Dijo que no era como los demás, que nunca te haría daño... Pero ya no esta. Lo ves, se va.  No puedes evitar el peso del tiempo y eso te frustra. Desearías volver atrás pero tendrás qe conformarte con vivir en el pasado para tener un poco más de color.
Escribes últimamente páginas en blanco con poco que contar. Ves gente que va de sonrisa en sonrisa y tú, en cambio no puedes parar de llorar. No hay sonrisas forzadas que valgan.No hay sueños bonitos que contar. A veces piensas que deberías de dejar de tener esperanza; es malo para la salud. Te hace pensar que pasarán cosas a las que te aferrarás y después, hasta que no dejes de abrazarlas no pasarán. ``Lo que teng que suceder, tarde o temprano lo hará´´ te dijo.``¿Para qué atrasar las cosas?´´ te preguntó, como si no doliese, como si esas palabras no te hicieran daño.
Ahora estás en alguna parte leyendo esto y recordándole, mientras que él está en alguna otra parte haciendo alguna que otra cosa. ``Estará pensando en mi? ¿Se arrepentirá? ¿Me echará de menos?´´ a esas preguntas no te puedo responder, pero si que te puedo decir que estés tranquila. Tal y como a mi me dijo él una vez: el tiempo nos dará lo que nos merecemos. ¿Sabes qué tienes que hacer? Déjate llevar por el tiempo. Ahora pensarás que era el mejor, que no encontrarás a nadie igual, que era perfecto para ti y todo eso pero, si de verdad era tan perfecto, si de verdad te quería tanto, volverá. Sentirá que con ninguna es como contigo, te empezará a ver en las caras de las demás, imaginará tus ojos en los de las otras chicas, te vera en sus sueños y aunque se olvide al levantarse.... te querrá. Y tendrá miedo, tendrá miedo de decírtelo, tendrá miedo porque pensará que tú no sientes lo mismo. Pero tú y yo lo sabemos bien: nunca dejarás de querer a una persona, simplemente, aprenderás a vivir con ello.
Tienes frío y empiezas a temblar al recordar todo lo que pasaste con él. Lo compararás con los demás, lo sé, pero recuerda: todo puede pasar una segunda vez. En fin, ¿por qué no? Todo el mundo acaba cayendo en la misma piedra, y tú seguramente lo sepas bien.
Baila, ríe, sé tú misma porque nadie más puede serlo. Y sobre todo, sonríe. Lo que tenga que pasar, pasará. Lo mejor que puedes hacer es dejar de pensar y dejar que el tiempo corra. No mientas cuatro veces al día diciendo que estás bien; si quieres llorar, llora. ¿Qué más da? Haz lo que sientas. Si estás perdido, da un cambio. Pero siempre sé feliz, por encima de todo.

Y en un abrir y cerrar de ojos empiezas a pensar en las cosas que han podido pasar, en las cosas que te has podido perder, en los sueños que han podido desvanecer. Te paras a pensar en todas las historias que has dejado escapar, en todos los momentos que te gusta recordar, en todos los recuerdos que te gusta guardar. No suena bien, ya han pasado. ¿Para qué recordarlos? Te preguntarás. Pues ni yo misma lo sé. Solo sé que al recordar el instante en el que me abrazaste, en el que me diste la mano por primera vez... me estremezco y empiezo a temblar, me sube la temperatura y termino con fiebre, siento frío por cada parte de mi cuerpo con el que te rozaste . Noto tu aliento en la oscuridad de la noche susurrándome que me calme, que sigues ahí, que nunca te irás. Pero ya no estás. Hasta en casa tengo que disimular que todo va bien; hasta mis padres han empezado a sospechar que algo va mal. Siento tus labios dándome un beso de buenas noches cada vez que me tumbo en la cama, me cruzo con tus ojos azules cada vez que miro al espejo del baño. Y cada vez que cojo una bocanada de aire siento tu aliento juntándose con el mío.
Que no es broma, que te echo de menos. Que ahora las estrellas me miran mal, y Orion dice que te he perdido ya, por tonta, por estúpida.
¿Has visto las estrellas? ¿No las notas un poco más apagadas? Es porque ya no estás conmigo, y porque he decidido casarme con la comida. Si algún día me echas de menos, tráeme un sándwich.

Y se hizo el  silencio justo en ese momento, sí, justo en el momento en el que nuestros labios se rozaron, en el momento en el que te besé. Fue ese momento en el que el mundo paró, nosotros bajamos y todo se volvió de color. Porque justo el momento en el que se hizo el silencio, justo es en ese momento en el que las mariposas empezaron a surgir de nuevo... Es ese el momento el que más echo de menos. Es ese momento por el que lloro. Es por ese momento por el que daría la vida, daría la muerte y daría todo lo que tengo, solo para vivirlo una vez más. Solo para sentirte una vez más.

Y no puedo  dejar de mirar la nieve caer sobre mi. La miro, y no puedo dejar de mirarla. No puedo dejar de mirar como caen esos pequeños copos sobre mi piel, no puedo dejar de sentir el frescor sobre mi cuerpo, ese pequeño frescor que me hace recordar que ya no estás, que y no estás aquí para ayudarme a sobrevivir, que ya no estás aquí para quitar el peso de mis años sobre la espalda. Que ya no estás aquí para abrazarme y quitarme el frío.

Que te necesito cerca más que a nada en el mundo bajo este pequeño trozo de invierno.

Y que cuando vayas por la calle, o cuando hables por el chat, o cuando te cruces a alguien que se me parezca, desearía que te acordaras de mi. O que cuando estés donde solíamos quedar, y estés solo porque nunca has ido con nadie más. O cuando veas la constelación que te enseñé, te acuerdes de mi. O que cuando te tropieces con alguien por la calle esperes que sea yo, y que te decepciones al ver que no, que no estoy ahí para chocarme contigo. Que cuando abras tu caja fuerte y leas mis cartas te des cuenta de que no estoy ahí para escribirte ninguna más, que no estoy ahí para pegarme a ti en la playa y escuchar el sonido de las olas contigo, que no estoy ahí para acariciarte y enredar en tu pelo. Que cuando escuches nuestra canción, veas que no, no estoy ahí para escucharla contigo. Y si al final de todo, acabas echándome de menos, recuerdes que no, no estaré ahí para saciarlo. Pero dímelo, porque seré aquella tonta que aunque pasen mil primaveras, vaya corriendo a tu encuentro.
Recuerda cuando apagues las luces de casa, cuando sientas ese vacío en el sofá, cuando las horas se te hagan aburridas que yo una vez estuve ahí para llenar esos vacíos, y que volvería a estarlo.
Que necesito más oxígeno del que hay en el aire para seguir respirando.

Me falta el aire. He aprendido que de los errores no se aprende; siempre caigo en la misma piedra. Intento hacer como que nada pasa, como si los recuerdos no importaran, como si no importaras... Pero me quedo en el sitio cada vez que veo tu foto, me quedo de piedra cada vez que recuerdo que hace nada, estabas susurrándome al oído que me querías. No lo entiendo, te juro que lo intento pero no lo entiendo. Ahora mismo me falta el aire, es como si lo que respiro apenas tuviera oxígeno. Y recuerdo todo lo que me decías... te juro que me matan los recuerdos.

Ahora ya se lo que pasa en este mundo, ya se porque nadie confía en nadie... Porque ni tú mismo eres capaz de dejar de traicionarte.

¿Te acuerdas de esos momentos en los que, sin querer, arrancaste una rosa del ramo de flores que te encargaron llevar? ¿O de cuando eras torpe, y se te caía todo lo que tu madre te mandaba limpiar? ¿Te acuerdas de esos momentos en los que llorabas por cosas que ahora te gustaría revivir? Yo sí que me acuerdo. Es duro, o al menos para mi. Revivir todo eso sin darte cuenta siquiera de que los años han pasado y que tú sigues ahí, anclada en un presente que, a lo mejor ni siquiera mereces. Intentas convencerte de que quizá sea mejor así, pero no, sabes de sobra que lo que sientes no cambiará por mucho que luches. Es como una puerta giratoria: da vueltas y vueltas, tú entras y te encuentras con que no hay salida al otro lado, siempre sales por donde entraste. No te desharás de ese sentimiento tan fácilmente...

Solo te gustaría que te mintieran; que dejaran a un lado lo que piensan y que te sumergieran en una realidad inexistente. Esa realidad en la que los gnomos y los caballos negros y blancos están por todas partes, esa realidad en la que los  arcoiris se quedan todo el día aunque haga sol. Esa realidad en la que solo existís dos.

Te despiertas sin ganas de levantarte de la cama. Te haces una bola y te escondes entre las mantas. Escuchas los sonidos de tus padres que se van a llevar a tu hermano a un partido, pero tú te quedas en la cama, como si el mundo de fuera no existiera.  ¿Te das cuenta? Apunto de echarlo todo por la borda estuviste... Pero porque te castigues a ti misma  no va a cambiar nada. Tampoco fue todo culpa tuya, pero si te controlases un poco más...
Pero ya no sirve de nada lamentarse. Siempre habrá algo que supere la realidad. Siempre habrá algo que podría haber sido peor.

Deja que te lleven las nubes a tiempos lejanos en los que el sol brilló una vez. Deja que los rayos entren por la ventana, aparten las cortinas y vean lo que quieres hacer. No,  esa no es la mejor salida. Sé que está lejos del olvido, pero una vez me dijeron que el olvido se empieza con un ''hasta luego'',  y que no siempre tiene que ser un adiós. Sé que estarás reviviendo todo lo que te dijo, pero no es lo mejor...
''+Dime que no me has llamado para esto.
-Lo siento, yo...
+¿Hay otra? ¿Es eso?
-Mira he intentado hacerlo lo mejor que he podido, lo juro.
+Está bien, pero antes de que te vayas, dime que me quieres por última vez...''
No debiste hacerlo, no debiste escucharlo de nuevo. Te gustaba escuchar el 'te quiero'' de sus labios... pero no fue la misma voz, no fueron los mismos ojos... Fueron palabras sin sentido que nada más escucharlas te rompieron y te pisotearon.
Piénsalo, admitir una cosa, el simple hecho de aceptarla es una forma de rendirse. Lo he dicho siempre, no tienes por qué hacerlo. Tu sonríe, que aunque creas que no tienes motivos, no hay mejor motivo que el de verte sonreír. Estoy segura de que hay personas que querrán verte a su lado cuando estén mal, cuando estén bien o cuando estén regular. Recuerda que por cada persona que sufre. hay otras 100 que también lo hacen.
Abre los ojos, por favor, no los cierres. Escucha el sonido de tu corazón al latir. ¿Recuerdas cómo se acompasaban los dos sonidos cuando estabais juntos? ¿Recuerdas esos ojos oscuros que tanto te decían que te querían? Pues olvídalos. No vivas del pasado. Está bien recordar; al fin y al cabo, lo único que tenemos son recuerdos... Pero eso no quiere decir que esté bien vivir de ellos.
Haces bien en levantarte. No olvides que ahí fuera, hay personas que darían mucho por lo que tienes, por ser como tú, y por ti.