sábado, 9 de marzo de 2013

Y que hoy, voy a escribir nuevas lineas empañadas en sangre, nuevas versiones de días retrasados que no escribí antes. Que hoy, quiero recitar poemas en verso, y quiero contar cuentos en prosa. Quiero volver a volar, y volver a encontrarme con la pared de los recuerdos. Quiero que la vida vuelva a ser un sueño, y que el sueño, vuelva a ser la vida. Porque en aquellos momentos, no soñaba, pero como mínimo, parecía hacerlo.
Que quiero volver a escribir por la ventana, nuevas palabras escondidas,  y que en los caminos bajo al cielo, me cuentes el mundo de las estrellas. Porque hoy, es un día especial, quizá más especial que cualquier otro, y que  por ello, quiero recordarte que bajo las piedras, bajo las arenas movedizas de las playas, bajo las sombras del mar, bajo las lágrimas de cualquiera estoy esperando a que todo siga bien, a que sigas ahí. Porque bajo la luna azul, bajo las estrellas blancas y bajo la tierra verde sigue habiendo gente que te cuida. Pero que estoy aquí, y que cuando mires al universo, ese reluciente, ese que tiene tanto brillo quiero que te acuerdes de eso, de que estoy aquí. Y de que gracias. Sí, te estoy pidiendo las gracias, porque quiero que te des cuenta de que una persona con tú, se merece mucho, por muy cabezota que seas (y que sepas que eso te hace ganar puntos).
Y que mañana, bajo los pozos hechos de ladrillos, bajo las profundidades de cualquier lago y bajo las montañas de papel, seguiré estando ahí, escuchando, alerta de lo que pueda  pasar. Y ahora, pide un deseo... 3..2...1... ¿Ya? Pues, aunque digan que no se pueden decir en alto, porque sino no se cumplen, quiero que lo grites. Sí, quiero que lo grites con todas tus fuerzas. Grítalo como si fuera la última vez que puedas gritar. Y ahora, quiero que escuches bien lo que te quiero decir... Que Felicidades, ¿vale? Que la de hoy iba para felicitarte, pero  necesitaba hacerte una carta de agradecimiento. También quiero pedirte un favor: quiero que me prometas que cada vez que mires a la Flecha de Hércules, o que cada vez que veas una estrella fugaz caer, o que cada vez que veas en el espejo aquel trozo inglés, quiero que te acuerdes de quién eres, y quiero que te acuerdes de mi también. Pero eso ya es secundario.
No hagas como yo, no eches ni una sola lágrima hoy. Escucha los latidos de tu corazón  escucha lo que te cuenta. Que te me haces viejo ya, y no quiero ningún marca pasos. Feliz año nuevo enano.

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