sábado, 20 de octubre de 2012

Nunca me había sentido tan sola... Cuando más necesitas a todo el mundo, es como si desapareciera de repente. Como si todos los que afirman estar ahí, se fueran como si no les importase. Y no sé si es que siempre me pasa lo mismo, o si soy yo la que se lo imagina. Pero siempre acabo llorando y últimamente, todo me sale mal solo a mi. Veo que la gente camina por la calle con una sonrisa de oreja a oreja, de esas que yo tenía antes... Y les envidio, les envidio mucho. Porque yo también quiero estar así de feliz, aunque sea un segundo. Un último segundo antes de que todos desaparezcan de nuevo, y vuelva a estar sola.

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