lunes, 30 de abril de 2012

Al final, todo se reduce a mucho más que un momento, que un instante. Todo se reduce a mucho más que a una historia, a mucho más que a un solo suspiro. Se reduce mucho, mucho más. Es como si dijésemos que al final todo se reduce a menos que una molécula de nuestro cuerpo, a menos que todo eso. Al final, todo se reduce a la felicidad que todo el mundo intenta lograr, y que nunca encuentra. Todo se reduce a los sentimientos que uno cree tener, y que no tiene. Todo se reduce a un solo pensamiento en el que en algún lugar de tu mente sabes que tendrás guardado.
Las personas en realidad, por mucho que lo intentemos no somos más que un con junto de errores del pasado que nos han llevado a ser como somos. No tienen porque ser errores nuestros, simplemente errores. Somos varias partes, porque cada persona tiene cierto poder hacia otra, la puede hacer sufrir con alguna decisión equivocada, o quizá no tan equivocada.  Al final, todo se reduce a que somos un conjunto de decisiones de que otras personas van a tomar. Somos lo que los demás han hecho de nosotros.
Intenta llevar el timón del barco a tu manera, dentro de lo que cabe.

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