miércoles, 7 de marzo de 2012

Y que cuando vayas por la calle, o cuando hables por el chat, o cuando te cruces a alguien que se me parezca, desearía que te acordaras de mi. O que cuando estés donde solíamos quedar, y estés solo porque nunca has ido con nadie más. O cuando veas la constelación que te enseñé, te acuerdes de mi. O que cuando te tropieces con alguien por la calle esperes que sea yo, y que te decepciones al ver que no, que no estoy ahí para chocarme contigo. Que cuando abras tu caja fuerte y leas mis cartas te des cuenta de que no estoy ahí para escribirte ninguna más, que no estoy ahí para pegarme a ti en la playa y escuchar el sonido de las olas contigo, que no estoy ahí para acariciarte y enredar en tu pelo. Que cuando escuches nuestra canción, veas que no, no estoy ahí para escucharla contigo. Y si al final de todo, acabas echándome de menos, recuerdes que no, no estaré ahí para saciarlo. Pero dímelo, porque seré aquella tonta que aunque pasen mil primaveras, vaya corriendo a tu encuentro.
Recuerda cuando apagues las luces de casa, cuando sientas ese vacío en el sofá, cuando las horas se te hagan aburridas que yo una vez estuve ahí para llenar esos vacíos, y que volvería a estarlo.
Que necesito más oxígeno del que hay en el aire para seguir respirando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario