Me acuerdo que cuando era pequeña, nada más pensar en el tema me agobiaba. Una vez, mi madre entró en mi cuarto y me vio llorando por ello. Me acuerdo de lo que me dijo: ''No digas tonterías. No tienes que pensar en eso. Lo que tenga que pasar, pasará. No te preocupes por lo que no tenga solución si no la tiene, y si la tiene, tampoco lo hagas, total, tiene solución, ¿no?'' Creo que son las palabras más sabias que me han dicho nunca. Pero aun así, hay veces que todavía no puedo dejar de pensar en el tema. Supongo que es el mero hecho de no saber lo que pasará, de que sea tan desconocido y tan distante. El mero hecho de que solo lo podamos averiguar de una manera, y siempre con la condición de no contárselo a nadie. No sé por qué la muerte quiere ser un secreto siempre. No me gusta nada que se haga la interesante... Todos viviríamos más tranquilos si supiéramos lo que significa en realidad. Bueno, o quizá no. Quién sabe.
La verdad, perder a personas no es fácil. Y supongo que es ley de vida... Pero no me gusta, sea perderlas de cualquiera de las dos maneras... Sigo sin entender por qué tienen que cambiar las cosas siempre. Un día te levantas pensando que el mundo no podría ser mejor, y al siguiente quieres desaparecer. La razón sigue sin darme motivos para pensar que cualquier paso que dé, no será en balde.
La verdad, perder a personas no es fácil. Y supongo que es ley de vida... Pero no me gusta, sea perderlas de cualquiera de las dos maneras... Sigo sin entender por qué tienen que cambiar las cosas siempre. Un día te levantas pensando que el mundo no podría ser mejor, y al siguiente quieres desaparecer. La razón sigue sin darme motivos para pensar que cualquier paso que dé, no será en balde.
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