domingo, 16 de septiembre de 2012

Chapter 2012.

Te despiertas una mañana, pensando que todo va bien, pensando que nada cambiará. Haces lo de siempre, el desayuno, te vistes y al ser día festivo, vas a hacer algún deporte, o quizá a la playa o algún sitio en el que tengas paz y tranquilidad. Después, al llegar a casa, de repente algo falla. Algo ha cambiado mientras tú estabs en tu mundo azul. Notas todo descolocado, como si nada estuviera tal y como lo dejaste la última vez que estuviste ahí. Ya sabes lo que es. La pieza más importante del puzle pegado a la pared se ha descolocado. El puzle ha dejado de ser bonito ahora... Es como si de ser la cosa más perfecta del mundo, se haya convertido en la cosa más normal que hayas visto nunca. Pero no está la pieza. Por más que rebuscas en todos los rincones, no está.
Entonces es cuando deberíamos de pararnos a pensar en las cosas que más nos importan. En las que no queremos que cambien. En esas personas que aunque no lleves mucho tiempo con ellas, no las cambiarías por nada. Sino, el puzle se descolocará, y tendrás que empezar uno nuevo, con piezas iguales recogidas de los restos, y algunas nuevas que vayan apareciendo a medida que continuas tapando huecos.
Quizá no sea nada importante darte cuenta de que la vida pasa, y que no somos verdaderemente responsables de ella. No estamos autorizados para llevarla a nuestra manera, no es como un coche que puedas conducir a tu antojo. Es un cúmulo de personas y de situaciones que toman parte en ella, cada una es esa pequeña pieza del puzle que no quieres romper. Tú muchas veces no podrás evitar que se rompa, pero de una manera u otra siempre se podrá recuperar ese pequeño cacho que falta.  Aunque recuerda que todas las piezas son irremplazables. Que quizá el puzle se pueda hacer más grande, pero nunca podrás tapar un hueco tapado ya anteriormente.

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