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Siento un enorme vacío dentro de mi, que no creo que nadie pueda llenar tan fácilmente como lo hiciste tú.

Hoy a penas he dormido, y no ha sido porque yo lo haya querido así. Antes de darme cuenta ya había amanecido, antes de darme cuenta ya no podía dormir más, y me estaba cayendo del sueño. He dado mil vueltas en la cama, me he dormido y me he vuelto a despertar mil veces. He soñado lo impensable.

Ya no sé qué más hacer. No sé qué más decirte. Es que la próxima vez que te vea, no sé como voy a reaccionar. Es que ya no tengo ganas de salir, no me quiero levantar de la cama por miedo a enfrentarme al mundo, por miedo a que el mundo se enfrente contra mi. Me siento sola, sin ti me siento sola. No quería perderte, al menos no de esta manera. Si supieras lo que te he querido, lo que has significado para mi en tan poco tiempo.

Yo no quiero estar con nadie más, sé que tú seguramente sí, pero yo no. Es que no me salen ni las lágrimas. ¿Alguna vez te has sentido así? Ya no me sale ni llorar... Lo bloqueas todo.

Tengo hambre, pero no quiero comer. Tengo sueño, pero no puedo dormir. Tengo ganas de llorar, pero en cuanto empiezan a salir lágrimas me bloqueo.

Quiero subir las escaleras hasta el cielo, y pedir un deseo; que todo esto sea un sueño. Al igual que el de esta noche, lo guardaré dentro, muy dentro de mi para que, puede que dentro de unos meses se pueda hacer realidad. O al menos intentar que pase.

Tengo tantas cosas que decirte, tantas cosas que contarte... pero no puedo,  es que simplemente no puedo, porque tengo miedo a perderte como amigo, tengo miedo a que todo acabe del todo. Y recuerdo cuando me abrazabas, me cogías de la cintura. No me lo puedo creer todavía, ha sido tan de repente que no puedo creerlo.

Y cuando pienses en mi, me gustaría que pensases en lo mucho que te echo de menos, en lo mucho que nos hemos perdido. Y quiero que pienses que sigo aquí, esperando.

Porque hay amores imposibles, que se acaban haciendo inevitables. Deseo que el nuestro, sea uno de ellos.