viernes, 18 de noviembre de 2011

Todos hablamos mucho cuando nos cuentan cosasque les ocurren a otras personas. No sé por qué, pero nunca pensamos que puede sucedernos a nosotros y, en cambio, el día menos pensado... pam! te toca a ti, como si te hubieras traído mala suerte tú sola. Y además, en el amor no existen ecuaciones ni operaciones... No existe el contable de los sentimientos o el asesor financiero del amor. ¿Qué ocurre, que hay que pagar un impuesto para ser feliz? Si fuera verdad, lo pagaría a gusto... Lo peor de todo es que le echo de menos... Estoy en el puente, paro el coche y bajo. Me acuerdo de esa noche, esos besos... Veo nuestro candado y me acuerdo de cuando arrojó la llave. Era su promesa ¿Tan difícil era mantenerla?

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